Por qué es importante respetar el camino de vida de cada persona.

Transcripción del episodio #24 del Podcast Empoderamiento Consciente, por Jazmín González. Todos los derechos reservados.

¡Hola! Mi nombre es Jazmín González y te doy la bienvenida a este espacio de Empoderamiento Consciente, en donde juntas reflexionamos sobre la Vida y sus diferentes elementos, desde una perspectiva más profunda, espiritual, consciente y empoderante.

En esta oportunidad compartiré contigo una visión sobre un patrón de conducta que la mayoría de las mujeres (y las personas en general) que estamos en el mundo del desarrollo personal y de la espiritualidad tendemos a caer, y se trata de lo que yo llamo ‘el síndrome de la salvadora’.

El 'síndrome de salvadora'.

Con el término de ‘síndrome de salvadora’ me refiero simplemente al hecho de creernos las ‘salvadoras’ de las demás personas, las ‘elegidas’ o las ‘enviadas’ para ‘rescatar’ a los demás de lo que nosotras juzgamos como ‘cargas, penas, errores’ y cualquier otro asunto que consideremos como ‘equivocado, erróneo, ilegítimo, inadecuado’, etc.

Este comportamiento se hace presente principalmente con las personas más cercanas de nuestro círculo social, como, por ejemplo: la pareja, los hijos, la familia, los amigos, los compañeros de trabajo y cualquier otra persona con quienes tengamos suficiente confianza como para ‘adoctrinarla’ con nuestra ‘sabiduría’. Y es que cuando tenemos esta conducta nos creemos sabias, dueñas de la verdad y las iluminadas cuya misión es aliviar o sacar las penas de los demás, porque, según creemos, éstos sufren debido a su ignorancia, porque ‘desconocen’ la información que nosotras sí manejamos.

Aparentemente este tipo de actitud es inofensiva, ya que en verdad tenemos la mejor intención, sin embargo, es un disfraz más que el Ego, el sistema de pensamientos que se cree y se percibe separado de la Divinidad y de toda la creación, utiliza para creerse o sentirse superior o especial con relación a los demás.

Cuándo y cómo se origina el 'síndrome de salvadora'.

El ‘síndrome de salvadora’ hace su aparición principalmente en las primeras etapas de nuestro despertar de la Consciencia, es decir, cuando hemos hecho nuestros primeros pasos hacia el conocimiento de que somos 100% responsables de nuestra vida, porque somos co-creadoras de la misma, al ser Uno con la Energía Creadora y con toda la creación. Sin embargo, puede resurgir en cualquier momento si no cultivamos constantemente el entendimiento de nuestra naturaleza divina, ya que siempre que sigamos en este plano físico, seguiremos teniendo al Ego presente, por lo que resultará muy fácil volver a caer en el olvido de lo que realmente somos, identificándonos nuevamente con el cuerpo físico que es finito y mortal, muy alejado de lo que verdaderamente somos, que es Energía creativa, expansiva, abundante, ilimitada, infinita e inmortal.

Este tipo de comportamiento, de creernos ‘salvadoras’ de los demás, proviene de la educación recibida, directa o indirectamente, por parte de las religiones judeo-cristianas, como son la religión católica y sus derivaciones, así como la judía y la islámica, en donde promueven la idea de que existe ‘un salvador’, que es el ‘elegido’, ‘superior, diferente y especial’ a los demás humanos, que vino o vendrá a ‘rescatarnos’ de ‘nuestra ignorancia’ o ‘perdición’.

Y digo que esta educación la pudimos haber recibido de forma indirecta, porque no importa si en la actualidad eres o no creyente de estas religiones, porque todas las culturas tienen como base las religiones que predominaron o que siguen predominando en esas sociedades, y si estás escuchando este Podcast lo más probable es que provengas de una cultura de habla hispana, de una cultura latina, por lo que puedo casi asegurar que las creencias que divulga la sociedad de donde provienes, tiene como pilar a una de estas religiones, que son las más preponderantes en las sociedades latinas. Y menciono únicamente a estas religiones porque son con las que tengo mayor familiaridad, pero podría ser igual cualquier otra religión o filosofía que promueva la idea de que existe un ‘salvador’ o que es necesario uno.

Esta idea no sólo refuerza la creencia acerca de que hay ‘algo que corregir’, de que ‘hay algo malo’ en nosotros los seres humanos, una especie de ‘pecado’, sino también potencia la percepción de que estamos separados los unos de los otros y de la Divinidad, haciéndonos creer, como ya mencioné anteriormente, superiores, mejores, más iluminados, los elegidos, los enviados, etc.

Esto no sólo es una gran mentira, ya que no hay nada ‘malo’, ‘sucio’ o ‘perverso’ en nosotras del cual debemos deshacernos, sino que también, al asumir el papel de ‘salvadoras’, estamos interviniendo en el proceso evolutivo del alma de la persona en cuestión.

Recuerda tu esencia divina.

Recordemos que en esencia no somos seres humanos, no somos un cuerpo físico ni una mente humana, somos almas y nuestras almas forman parte de la Divinidad o de la Fuente de Vida, somos como las gotas de agua que conforman el gran océano. Todas las almas conservan la esencia de la divinidad, sólo que, al encarnar en este plano físico, nos olvidamos de ello porque el sistema de pensamientos del Ego es quien rige las reglas de este juego llamado ‘vida’, experimentando de esta forma la dualidad. Por lo tanto, siempre y cuando no tomemos consciencia de nuestra verdadera naturaleza divina, experimentaremos las proyecciones de este sistema de creencias.

En este plano físico las almas encarnan para llevar a cabo ciertas experiencias que consideran necesarias para su propia evolución y despertar de la consciencia, es decir, integrar la verdad de su unicidad con la Fuente o la Divinidad. Según el nivel de consciencia de cada alma, éstas eligen qué tipo de experiencias desarrollarán una vez encarnadas para lograr tal objetivo, y algunas o muchas de estas experiencias pueden resultar muy desafiantes.

El peligro de querer 'salvar' a los demás.

Cuando pretendemos ‘salvar’ a alguna persona de alguna situación que nosotras humanamente juzgamos como ‘mala’ o que debería ser diferente, estamos tratando de controlar el flujo de la vida de esa persona, estamos tratando de controlar e influenciar las experiencias que esa alma escogió para su proceso evolutivo. En otras palabras, estamos queriendo interferir y distorsionar el camino que esa alma eligió transitar.

Humanamente somos incapaces de conocer todas las lecciones de amor que encierran ciertas circunstancias de la vida, por eso, lo más recomendable es evitar etiquetarlas o juzgarlas como ‘buenas’ o ‘malas’, sino más bien, mirarlas con neutralidad y con apertura total para permitir que el discernimiento sobre tales acontecimientos llegue a nosotras.

Cuando deseamos ‘salvar’ a otras personas, estamos tratando de cambiar la realidad de éstas porque nos confrontan a nosotras de cierta manera, tal vez porque nos reflejan nuestros propios miedos internos o nuestras propias heridas internas no sanadas. Por lo que, en lugar de querer evitar esas experiencias en la vida de los demás, deberíamos autoanalizarnos y tomar consciencia del por qué dichas situaciones nos molestan, nos llaman la atención o nos inquietan. Haciendo esta introspección, es muy probable que encontremos una enorme posibilidad de sanación y de liberación emocional para nosotras mismas.

Recordemos que todas las personas somos espejos las unas de las otras, es decir, no miramos a los demás tal como son, sino a través de las gafas de nuestras creencias, prejuicios, miedos, expectativas y deseos personales. Por eso, en vez de juzgar una situación como mala, mejor enfoquémonos en por qué proyectamos ese juicio sobre dicho evento, de tal forma que podamos descifrar las lecciones de amor que éstas encierran para nosotras.

No obstante, esto no quiere decir que si una persona en este plano físico corre peligro o solicita nuestra ayuda no hagamos nada para socorrerla. Por supuesto que debemos encontrar la manera de apoyarla, más bien esta reflexión va enfocada en la idea de que muchas veces andamos por el mundo queriendo solucionar la vida de los demás sin que éstos nos hayan pedido, olvidándonos por completo que nosotras también tenemos una vida por vivir.

Conclusión y recomendaciones finales.

En otras palabras, sálvate a ti misma y respeta el proceso evolutivo consciencial de las demás personas, de las demás almas, sin juzgarlas ni criticarlas, simplemente mirándolas con total neutralidad, confiando en la sabiduría y fortaleza de esas almas, permaneciendo receptiva y dispuesta a actuar cuando ellas mismas te soliciten algún tipo de atención, sea en forma de consejo u otra acción.

Este juego de almas llamado ‘vida’ está perfectamente orquestado, y todo tiene un por qué y un para qué muy profundos, más allá de lo que la mente humana lo puede asimilar.

Para profundizar más sobre este tema te recomiendo mi libro Memorias del Alma, en donde comparto contigo, de forma detallada y a la vez muy concisa, en qué consiste este juego de almas llamado ‘Vida’ y cuál es tu propósito en él, además, comparto una visión sobre cómo funciona la interacción evolutiva que ocurre entre las almas dentro de este juego. Puedes encontrarlo en su versión ebook, papel y audiolibro. Para más información visita mi sitio web jazmingonzalez.com.

¡Gracias por compartir este espacio conmigo y nos encontramos muy pronto!

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