Cómo aceptar tu cuerpo físico, tu imagen y a ti misma.

Transcripción del episodio #27 del Podcast Empoderamiento Consciente, por Jazmín González. Todos los derechos reservados.

¡Hola! Mi nombre es Jazmín González y te doy la bienvenida a este espacio de Empoderamiento Consciente, en donde juntas reflexionamos sobre la Vida y sus diferentes elementos, desde una perspectiva más profunda, espiritual, consciente y empoderante.

En esta ocasión compartiré contigo una reflexión sobre la importancia de reconciliarnos con nuestro cuerpo físico, con nuestra imagen y con nosotras mismas en general.

El rechazo al cuerpo físico.

El rechazo que podamos sentir por nuestro cuerpo y nuestra imagen afecta directamente a la manera en que nos percibimos a nosotras mismas como personas, como seres humanos y como mujeres. Por esta razón, la sanación y la transformación en cuanto a la relación que tenemos con estos elementos que forman parte de nuestra humanidad, producirá un efecto directo en la manera en cómo nos valoramos a nosotras mismas.

La baja autoestima o la falta de amor propio podría ser consecuencia de la falta de aceptación, de reconocimiento y de gratitud que tienes con respecto a tu cuerpo físico y a tu imagen, lo que hace que te sientas a ti misma como insuficiente y no merecedora de recibir lo bueno de la vida, lo que, a la vez, refuerza la idea de que deberías lucir de cierta forma para aumentar tu valía personal.os, los avances, tanto culturales, científicos, sociales como en la consciencia misma que hemos experimentado a lo largo de los años, nos han permitido tener cierta libertad, independencia e individualidad en diferentes aspectos de nuestra vida personal.

Todo esto es una ilusión, un engaño alimentado por la sociedad y sus diferentes estructuras, que, según sus propios intereses, diseñaron y promovieron maneras de pensamientos en forma de creencias acerca de cómo una mujer debía verse, comportarse o ser.

Por cientos de siglos, las mujeres fuimos víctimas de las religiones monoteístas, de la política y de las diferentes industrias comerciales, que promovieron diversos conceptos acerca de la visión ideal de la mujer, con la intención de amoldarnos de acuerdo a sus propósitos específicos, como, por ejemplo, la represión, la sumisión, el consumismo, etc.

Esto lo podemos observar hasta el día de hoy, y de forma mucho más sutil pero no por ello menos real, a través de la exposición constante de campañas publicitarias sobre moda, cosméticos, ideologías, estilos de vida, entre otros, donde pretenden ofrecernos el camino ‘‘correcto’’ o ‘‘perfecto’’ que debemos seguir para estar a la vanguardia, para ser aceptadas socialmente, para incrementar nuestro valor.

Se necesita de mucha presencia para tomar consciencia de las verdaderas intenciones detrás de este tipo de estímulos, que lo único que buscan y quieren de nosotras es que actuemos según sus propios objetivos, ya sean comerciales o ideológicos.

Es muy importante que seamos valientes y tomemos la decisión de salirnos del rebaño, lo que significa ir contra corriente para lograr conectar de forma consciente con nuestra esencia única, que procede del sello personal de nuestra alma.

La importancia de recordar tu verdadera esencia.

Más allá de ser humanos, también somos espíritu, esa es nuestra verdadera naturaleza. No somos mujeres, no somos personas, no somos humanos, somos mucho más que ello, ya que lo anteriormente citado es sólo temporal y caduca en cierto tiempo, pero, el espíritu es inmortal, y eso seguiremos siendo por la eternidad.

Esto es vital que recordemos y lo tomemos en cuenta, de lo contrario, seremos presas fáciles de todo el ruido que origina el sistema de pensamientos del ego desconectándonos inconscientemente de la identificación con nuestra verdadera naturaleza divina, creyéndonos únicamente unos seres finitos y mortales, lo que desembocaría que le demos más valor de lo que realmente tienen a nuestro cuerpo físico, a nuestra imagen y a nuestra humanidad, olvidándonos de que son sólo recursos momentáneos que el alma utiliza en esta encarnación. Recordemos que el ego es el nombre que damos en la espiritualidad no dual al sistema de pensamientos que niega que somos Uno con la Divinidad, con la Fuente Creadora o el nombre que le quieras dar a la Energía de Vida que nos sostiene y de dónde venimos y adonde retornaremos.

Al identificarte como humana y olvidar que eres espíritu, entras en el juego del ego creyéndote un ser mortal cuyo valor radica en lo que haces o tienes en este espacio material, lo que te motiva a actuar desde el miedo, en todas sus formas. En este caso en particular, que estamos reflexionando sobre el cuerpo físico, la imagen y tu humanidad misma, podría ser que optes por someter a tu cuerpo físico a procedimientos con el fin de transformarlo y que luzca de cierta manera, con la meta de sentirte más valiosa y así obtener mayor reconocimiento, por ejemplo. Aquí, podemos ver claramente como el miedo a no valer lo suficiente y a no ser reconocida te estimuló a transformar tu cuerpo físico. Es decir, creíste que el problema estaba en tu imagen y no en tus valores personales o en tu falta de amor propio de donde realmente proviene tu inseguridad con relación a los demás. Este ejemplo lo puedes adaptar a tu propia realidad.

Considerar que el problema está en tu cuerpo físico, en tu imagen o en ti misma como persona, hace que tu autoestima fluctúe según la opinión y el comportamiento de los demás con respecto a ti, por lo que tu vida completa estaría supeditada a estos estímulos externos. Por el contrario, si reconoces tu verdadera identidad como espíritu, colocas en el lugar que corresponde a tu humanidad como tal, incluyendo a tu cuerpo físico y a tu imagen, por lo que no resulta un problema para experimentar tu vida según tus propios sueños y anhelos, ya que, al saber que eres la expresión de la Divinidad, aceptas el camino que tu alma diseñó para esta encarnación en este planeta y ves a tu cuerpo físico y a tu imagen como fieles aliados para cumplir tal misión.

Conclusión y recomedaciones finales.

Reconciliarte con tu cuerpo físico, con tu imagen y contigo misma significa dejar de pelearte en cuanto a cómo luce tu figura y cómo te ves y ya no desear vivir la vida de alguien más por considerar la tuya como imperfecta. Para lograr esto es crucial que tomes consciencia de que eres el espíritu encarnado, que el plan de tu alma es perfecto y que cada una de sus elecciones encierran sabiduría y lecciones de evolución.

Solamente de esta manera podrás experimentar tu vida como mujer plenamente, porque desplegarás sin complejos ni limitaciones todo tu brillo personal que procede de la esencia y del sello único de tu alma.

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¡Hemos llegado al final del episodio! ¡Gracias por haber compartido este espacio conmigo y nos encontramos en otro episodio de Empoderamiento Consciente!

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