Por qué para el alma no existen países ”mejores” ni ”peores”.

Transcripción del episodio #30 del Podcast Empoderamiento Consciente, por Jazmín González. Todos los derechos reservados.

“Para lograr esta meta de recordar nuestra verdadera naturaleza divina, como almas, hemos hecho acuerdos para apoyarnos mutuamente. Para ello, por afinidad vibracional, nos hemos ‘‘elegido’’ para ejercer determinados roles en este plano físico; así es como nacimos en un determinado país, en una determinada familia, con padres y hermanos específicos, etc. Absolutamente nada quedó al azar. Todo fue previamente planificado por el alma con el firme objetivo de recordar la Verdad.”

Libro Memorias del Alma.

¡Hola! Mi nombre es Jazmín González y te doy la bienvenida al Podcast Empoderamiento Consciente, en donde juntas reflexionamos sobre la Vida y sus diferentes elementos, desde una perspectiva más profunda, espiritual, consciente y empoderante, con el objetivo de despertar y recordar nuestra esencia divina y, finalmente, recuperar nuestra soberanía personal.

En esta ocasión compartiré contigo una reflexión del por qué, para el alma, no existen países mejores o peores, así como tampoco países de primer mundo o de tercer mundo.

Ningún país es mejor o peor que otro.

Considero que este tema es muy interesante y también muy importante de hablar porque en los últimos años se ha vuelto muy común o ‘normal’ hablar de que tal país es mejor que el otro, que tal país es subdesarrollado y que el otro está avanzado, que tal país es tercermundista y que el otro es de primer mundo, y otros tipos de juicios y etiquetas que se utilizan para desvalorizar y menospreciar a unos y ensalzar o idolatrar a otros.

Desde el punto de vista espiritual y consciente, que es la visión que compartimos en este Podcast, esto es completamente erróneo, falso e ilusorio por varios motivos, como, por ejemplo:

  1. Al creer que existen países mejores o peores que otros estamos afirmando que el exterior tiene poder sobre nosotros y que el gobierno, el sistema económico y la sociedad define nuestro rumbo personal. De esta forma, negamos nuestro poder creador que nos capacita crear y materializar la realidad que anhelamos.
  2. Afirmando que unos países son más favorecidos que otros, que tienen más ventajas o desventajas que otros, estamos diciendo que el alma, nuestra esencia divina y nuestra única parte real, porque sabemos que nuestra naturaleza humana es transitoria, mientras que nuestra alma es eterna, se ha equivocado y tuvo la ‘desgracia’ o la ‘mala suerte’ de encarnar como humano en un pedazo de tierra que supera su propio poder creador y por el cual la limita e impide o hace más difícil su avance y progreso, o, por el contrario, tuvo la ‘suerte’ o la ‘bendición’ de encarnar como humano en un pedazo de tierra caracterizado por poseer ciertos factores que le facilitarán la vida humana. Al pensar de esta manera, además de negar la capacidad ilimitada de manifestación del alma, también estamos negando el plan perfecto de vida que cada alma ha diseñado para su encarnación, que nada sucede al azar y que todo colabora para el despertar de la consciencia. De esta forma, estamos posicionándonos en el rol de víctimas de la vida, del destino y de las circunstancias, en vez de ocupar el lugar de protagonistas y creadores de nuestra realidad.
  3. Al mantener la creencia de que unos países son subdesarrollados y otros más desarrollados, no estamos siendo conscientes de que cada espacio físico, al que denominados ‘país’, con todo su sistema de creencias, con su cultura, historia, tradición, inconsciente colectivo, heridas transgeneracionales, etc. tiene regalos únicos para cada alma que decidió encarnar en ese espacio físico y que no podrá dárselo ningún otro país.
  4. Al alimentar esta idea de que un país es más rico o pobre que otro, que tiene más o menos oportunidades que otro, que está más o menos avanzado que otro, estamos juzgando a cada experiencia humana desde una medida diseñada por una sociedad específica, con valores específicos y con expectativas específicas, que no reflejan en absoluto la realidad que cada ser humano experimenta, ya que cada alma se ha propuesto vivir experiencias diferentes que le ayudarían a desarrollar sus propias habilidades y, lo más importante, a recordar e integrar la verdad de que es Uno con la Divinidad, y, para lograr esto, cada alma tiene un camino muy diferente a la otra, motivo por el cual no existe una medida homogénea para afirmar si un estilo de vida es mejor o peor que otro, ya que, para una persona la vida de otra puede ser desastrosa cuando, en verdad, la misma es muy feliz y siente que tiene todo lo que necesita.
  5. Al juzgar un país como seguro o inseguro, estamos decretando esa realidad sobre ese espacio físico y, una vez más, estamos diciendo que nuestra vida depende de factores externos y que solamente somos víctimas de ellos, negando, otra vez, nuestro poder creador.

Los juicios provienen del ego.

En resumen, estas etiquetas de país subdesarrollado, país de tercer mundo, país avanzado, país desarrollado, país pobre, país rico y cualquier otra etiqueta que haga diferencia entre ‘bueno’ y ‘malo’, proviene del sistema de creencias del ego, que es ese sistema que nos persuade a creernos separados de la Divinidad, de los demás seres humanos y de toda la creación, que nos impulsa a creernos débiles, finitos, mortales, enfermizos, carentes, en otras palabras, niega nuestra naturaleza divina.

Nosotras que deseamos recordar e integrar la verdad de que somos Uno con la Divinidad, debemos estar muy atentas y no caer en este tipo de trampas del ego maldiciendo, idolatrando o idealizando el país en el que nacimos, al que emigramos o desearíamos emigrar u otro, ya que todos los países son neutros, es decir, ni buenos ni malos, sino perfectos para cada alma allí encarnada.

Utiliza tu poder creador para transformar tu realidad.

Entonces, la invitación es no fomentar ni alimentar estas divisiones creadas por el ego sino tomar consciencia de nuestra esencia divina y asumirla completamente, haciéndonos responsables de nuestra experiencia vital utilizando sabiamente nuestro poder creador para manifestar las realidades que nos gustaría, sin culpar a factores externos. Asimismo, comencemos a bendecir, invocar y decretar aquello que desearíamos experimentar en el espacio físico en el que nacimos o habitamos, en vez de maldecirlo o sentenciándolo con juicios del tipo ‘esto es así y nunca cambiará’, o ‘esto siempre ha sido así y no tiene solución’, entre otras sentencias inconscientes que crean y sostienen realidades más carentes y limitantes.

Utilicemos de forma consciente nuestro poder creador y empecemos a ver a los demás, y a nosotras mismas, como lo que realmente son y somos: almas sabias, poderosas y capaces de cumplir de la mejor manera el plan de vida que se propusieron y nos propusimos para esta encarnación.

Recuerda tu naturaleza divina.

Recordemos que nuestra naturaleza esencial no es humana, sino divina. Sí nos estamos experimentando como seres humanos finitos, pero nuestra esencia, lo que le da sentido a esta experiencia terrestre es el alma, que es el Espíritu, y el Espíritu es la Divinidad, y la Divinidad no conoce de límites, de espacios, de gobiernos, de sistemas económicos, de inseguridad ni ninguna otra limitación.

Ten presente que tú eres una Diosa Creadora, no eres la víctima del destino. Tú tienes toda la capacidad creadora para manifestar los sueños y deseos de tu corazón. No temas ni te agobies por el país en el que encarnaste o el que estás habitando, más bien, bendícelo y descubre y agradece las lecciones invaluables que tiene para ofrecerte y que te apoyarán en tu avance hacia el reconocimiento pleno de tu unicidad con la Divinidad.

Conclusión y recomendaciones finales.

Estás en el lugar correcto, con las personas correctas y viviendo las experiencias correctas para tu evolución, y a medida que vayas sanando y reconociéndote como la Divinidad que Eres, tu frecuencia vibracional se transformará, y, de manera natural y espontánea, la sabiduría de tu alma te llevará, o no, a otros espacios, junto a otras personas, para vivir otras experiencias.

No trates de vivir la vida de nadie más, no compares tu vida con la de otra persona y no trates de satisfacer las expectativas y los estándares de terceros, porque tu camino y el de los demás, es único e irrepetible, hecho a la medida para cada alma.

Ahora, tú sólo confía, relájate y vive tu vida de la mejor manera, teniendo en cuenta que tu alma conoce el mejor camino para cumplir su propósito y que sólo viviendo el plan de tu alma, tú, lograrás experimentar paz y gozo plenamente.

Comienza a ver el mundo, a ti misma y cada uno de sus habitantes con ojos inocentes y desde la sabiduría de tu Ser, no desde el juicio del ego.

En mi libro Memorias del Alma comparto contigo una visión muy empoderante sobre este juego de almas al que llamamos ‘Vida’ y tu propósito en él. También te recomiendo mi libro Tu Vida desde el Amor Activa tu Poder para descubrir cómo funciona tu poder manifestador y ponerlo en marcha para materializar los sueños de tu alma. Para más información visita mi sitio web jazmingonzalez.com.

¡Hemos llegado al final del episodio! ¡Gracias por haber compartido este espacio conmigo y nos encontramos en otro episodio de Empoderamiento Consciente!

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