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Cómo tu niño interior herido influye en tu vida laboral.
Si hoy, en tu trabajo, sientes inseguridad al expresar tus ideas, compartir tus opiniones o mostrar tu creatividad, es muy posible que la raíz de esa incomodidad esté en tu infancia.
Quizá viviste momentos en los que tu autenticidad fue juzgada, ridiculizada o desvalorizada. Tal vez recibiste críticas por ser “demasiado” espontáneo, por soñar en grande, o por querer hacer las cosas de un modo diferente.
Ese tipo de vivencias dejan huellas. Aprendemos a callarnos, a adaptarnos para no molestar, para no ser rechazados. Poco a poco, empezamos a reprimir lo más genuino de nosotros mismos: nuestras ideas, nuestro entusiasmo, nuestra originalidad. Y así, sin darnos cuenta, cargamos con una herida emocional que se manifiesta en la adultez como inseguridad, autocensura o miedo al juicio.
Sana a tu niño interior herido y brilla en tu trabajo.
Pero hoy, como adulto, tienes el poder de mirar esa herida con amor y decidir sanarla. No tienes que seguir escondiéndote. No estás obligado a encajar en moldes que ya no te representan. Este es tu momento de recuperar tu esencia, tu voz, tu presencia.
Reconecta con tu valor, abraza tu autenticidad y atrévete a brillar en tu trabajo y en la vida. El mundo necesita justamente eso que tú tienes para dar.
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